A poco de cumplir medio siglo de vida, la empresa binefarense Santiago Arroyos S.L. continúa su desarrollo dentro del sector primario, apoyada en una segunda generación familiar que apuesta y cree en lo que hace. De padre a hijo, la empresa ha ido evolucionando en los últimos lustros, pasando de una sola vía de negocio, la venta de piensos, a la suma de dos más; granjas propias y construcción de granjas llave en mano. El mercado exige y Santiago Arroyos responde.
Han pasado cuarenta y seis años desde que Santiago Arroyos Altemir pusiera en marcha su empresa dedicada exclusivamente a la venta de piensos para todo tipo de animales, marca CIA. El despacho lo tenía en la calle Antonio Sistac, de Binéfar. Los inicios no fueron sencillos, pero el trabajo se impuso a la dificultad, de tal modo que, unos años más tarde, la empresa se trasladaba a la Plaza San Quílez. Pasó entonces de vender piensos CIA a trabajar con la marca Hens. La puerta del despacho en la citada plaza ha formado parte durante muchos años del ambiente general de la misma. Ahora, el local lo ocupa una modista (Luisa), pero esa cristalera continúa intacta. Dos de los tres hijos de Santiago Arroyos se fueron incorporando, poco a poco, a las órdenes de su padre. Eran Gonzalo y Santiago. Al poco tiempo, se quedó únicamente el segundo como sucesión natural del padre. Ese relevo llegaría en 1996, año en el cual Santiago Arroyos Miranda se hacía cargo de la empresa, una Sociedad Limitada que en aquel momento tenía dos trabajadores. En estos últimos años es evidente que la empresa ha ido creciendo; la necesidad de espacio provocó que en el año 2008 se trasladará a su actual ubicación en el Polígono Industrial El Sosal, de Binéfar. El objetivo de atender a sus clientes con el máximo esmero ha conducido al empresario binefarense a incrementar su plantilla. Una de las claves de ese crecimiento ha llegado a través de la apertura de nuevas vías de negocio.
Además de continuar con la venta de piensos en general, Santiago Arroyos S.L. ha sumado la participación en granjas (terneros y vacas) y el servicio de construcción de granjas, llave en mano, y mantenimiento de de las mismas. “El mercado nos lleva a abrir nuevos espacios de negocio que puedan complementarse, sobre todo cuando las cosas en alguno de esos espacios vienen mal dadas”. Una prueba del equilibrio de la empresa apoyado en esas tres vías, es el volumen de trabajo, perfectamente repartido, que presentan en los balances anuales. El montaje de granjas ha sido la última etapa coronada en el desarrollo de la empresa. Inicialmente, Santiago Arroyos S.L. vendía distintos materiales para esas construcciones. Poco a poco, la demanda del cliente les llevó a introducirse en ese negocio, ahora con la entrega de granjas llave en mano; cimentación, construcción y todos los revestimientos interiores y exteriores. “Nos introducimos, casi sin darnos cuenta. Ahora es una fuente importante para la empresa. Nuestra filosofía en este negocio compite desde la calidad en esas construcciones”. Como en todos los sectores, la competencia aprieta, mucho más cuando el mercado está tan abierto en esta zona de Aragón y Cataluña. “Hay que estar preparado para trabajar en Esplús o en Cervera, en Zaragoza o en Lleida”.
Hablar de crisis en el sector primario es redundar en algo que es intrínseco al mismo. Pero, ¿cómo ha afectado la crisis general que padecemos en los últimos cinco años? “Nuestro sector no tiene crisis, sino que vive en crisis. Yo suelo comentar que padecemos un encefalograma plano. Si nosotros nos comparamos al resto cuando las cosas, en general, van bien, el resultado es deprimente. Sin embargo, si esa comparación la hacemos cuando la economía general, como ahora, está en números rojos, entonces parece que nosotros no estamos tan mal. La realidad es que vamos tirando hacia delante, no sin muchas dificultades”. Con obstáculos o sin ellos, el sector primario es una fuente principal para el ser humano, mientras que éste necesite alimentarse cada día. Por tanto, el camino sigue y la empresa permanece. “Por supuesto que vamos a continuar adelante, siempre en función de los designios del mercado. Nosotros tratamos de dar un servicio a la ganadería con la máxima profesionalidad. En mi caso, no puedo permitirme renunciar a las mejores prácticas. Así trabajamos y así lo vamos a seguir haciendo. Nuestra empresa está demostrando que cree en la ganadería y por eso tenemos ganado”.
Sobre la continuidad de Santiago Arroyos S.L. con una tercera generación, el actual responsable no se atreve a hacer un pronóstico. “Tengo dos hijos, pero todavía están en edad de seguir estudiando. Ahora bien, en mi casa siempre se ha trabajado y ahora no va a ser menos. En verano, los dos se vienen conmigo y van conociendo el negocio, el esfuerzo y el trabajo”. A sus cincuenta años recién cumplidos, Santiago Arroyos proyecta una energía especial en el empeño por hacer más cuando peor van las cosas; virtud ideal contra las crisis y/o parecidos. “Cuando peor están las cosas, más hay que poner, más hay que trabajar… La experiencia me dice que ese es el camino y no otro”.