A continuación reproducimos la entrevista que por error se anunciaba en el número de mayo 2016 con el consejero de Presidencia del Gobieno de Aragón, Vicente Guillén. La misma se publicará en la próxima revista de Somos Litera.
Vicente Guillén afronta, desde el pasado mes de julio, el cargo político de mayor responsabilidad en su ya larga trayectoria iniciada en el año 1991 como alcalde de su pueblo, Cedrillas (Teruel), un municipio de 600 habitantes. Desde la alcaldía, al Senado español y desde allí al Congreso de los Diputados. Ahora, es el consejero de Presidencia y Portavoz del Gobierno de Aragón con atribuciones directas en las áreas de Justicia, Interior y Administración Local. Conocer durante 10 años la realidad de una localidad de algo más de medio millar de vecinos, unido a su quehacer profesional como secretario de municipios de menos de 5.000 habitantes, le otorga un conocimiento real sobre la problemática existencial de ese “otro Aragón” que vive, trabaja y contribuye más allá de Zaragoza.
Alcalde de Cedrillas, senador, diputado en las Cortés Generales y ahora consejero del Gobierno de Aragón. ¿Es éste el cargo con mayor nivel de responsabilidad de todos los que ha afrontado?
Desde la política de gestión he tenido dos responsabilidades: una alcalde de mi pueblo (Cedrillas) y otra la actual. Yo siempre digo que la más satisfactoria es poder ser uno alcalde de su pueblo. Desde luego, ser consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón tiene una trascendencia y responsabilidad muy importantes. Mucho más cuando la consejería en cuestión une Justica, Interior y Administración Local. Por lo tanto, este es un cargo de máxima responsabilidad.
¿Cómo se gobierna en tiempos de apreturas presupuestarias?
Con dificultades. Hay que darle muchas vueltas a la imaginación, intentando utilizar hasta el mínimo resquicio para que cada euro esté muy bien gastado. Nuestro gobierno se ha marcado unas prioridades básicas: sanidad, educación y servicios sociales, es decir, equilibrar el desequilibrio que ha dejado el Partido Popular en materia social. A eso hay que añadir la tarea por hacer que crezca la economía, la universidad y el I+D+I.
La realidad económica del Gobierno de Aragón, ¿es tan mala como uno oye o lee?
Es una realidad difícil. Los últimos datos del cumplimiento del déficit nos sitúa en una posición delicada. Nosotros siempre nos hemos quejado del injusto reparto del déficit que hace el Gobierno central. Si Europa le da un déficit del 2,8% para este 2016, y a Aragón solo nos permite el 0,3% no creo que sea un reparto justo cuando tenemos que gestionar sanidad, educación y servicios sociales que es la parte más importante del gasto público. Con un reparto adecuado, en función del gasto público total, nosotros podríamos disponer de 350 millones de euros de déficit, en lugar de los 107 actuales. Eso desahogaría mucho las arcas de la comunidad autónoma de Aragón.
En sus diferentes viajes por el territorio en estos primeros meses de gobierno, ¿cuántas veces ha tenido que decir “no es posible” a alcaldes o presidentes de comarca?
Cada día que voy a hacer una visita. Pero yo quiero agradecer el esfuerzo de esos alcaldes o presidentes comarcales; ellos piden porque es su obligación, pero a la vez entiende que ahora no es posible atender todas sus demandas. Si la situación económica mejora, podremos cubrir esas demandas que en la mayoría de los casos son justas.
En los viajes referidos, usted ha querido conocer la realidad de cada comarca, ¿qué balance le ofrece la información que ha recopilado?
Que debemos trabajar en una reestructuración de los servicios públicos que nos permita poder garantizarlos a todos los ciudadanos de una manera racional. Yo soy de los que piensan que hace mucho tiempo tuvimos la burbuja de los frontones; ahora esos frontones están vacíos. Después llegó la burbuja de los polideportivos y piscinas públicas, y ahora tenemos la burbuja de las residencias. Todos los pueblos quieren tener su residencia para mayores en su municipio. Tenemos que ser capaces de darnos cuenta de que no podemos sostener en todos los municipios, todos los servicios y todas las infraestructuras. Hay que estudiar otras fórmulas de trabajo mancomunadas; racionalizar los servicios públicos.
¿Qué opinión extrajo de su visita a la Comarca de La Litera?
En principio, una opinión estupenda de los responsables políticos de la comarca. Me parece que son personas preparadas, con conocimiento de la comarca y con ilusión de proveer a su gente de esos servicios públicos. En cuanto al potencial económico de La Litera, ya conocía su relevancia, pero no deja de sorprenderme. El sector de la agroalimentación es básico para este gobierno, junto a la logística, y la Comarca de La Litera tiene unas condiciones muy buenas para ambos sectores.
Las dificultades económicas por las que pasa la institución literana, ¿a qué las achaca?
Hay dos componentes específicos: por un lado las dos residencias de mayores, y por otro los bomberos. Son elementos diferenciales de la realidad de otras comarcas que hace que la presión presupuestaria sea mayor en La Litera.
Si existen esos elementos diferenciales, ¿por qué siguen ustedes financiando a todas las comarcas bajo un mismo patrón?
Esa es una de las cuestiones que debemos resolver. El sistema comarcal, tal y como se hizo, ha generado diferencias ya que algunas comarcas han asumido competencias que tenían las antiguas mancomunidades, como es el caso de La Litera. Otras no tenían esos costes heredados y eso ha creado diferencias. Lo que tenemos que hacer es que haya una nivelación en los servicios que prestan cada una de las comarcas. No puede haber disparidad de servicios entre las comarcas que generen desigualdad entre unos ciudadanos y otros.
¿Qué opinión le merece el adelanto económico que han tenido que hacer los ayuntamientos de La Litera al Consejo Comarcal, ante la falta de liquidez y consiguiente imposibilidad de hacer frente a las nóminas de los trabajadores y proveedores?
El Gobierno de Aragón mantiene el compromiso que hemos adquirido con las comarcas de pagar hasta el último euro pendiente. Para cumplir ese compromiso es necesario aprobar una modificación de crédito de 8,8 millones de euros a la que se opone el Partido Popular y Podemos. Nosotros vamos a volver a llevar esa modificación a las Cortes, y hago un llamamiento de responsabilidad a PP y Podemos para sacar adelante esa modificación. No es cierto, como dicen ellos, que estemos quitando fondos de servicios sociales para llevarlos a las comarcas, cuando las comarcas utilizan esos fondos para prestar servicios sociales.
Volver a los orígenes como Mancomunidad y reducir competencias no financiadas (bomberos…), ¿sería una salida airosa al asfixia económica de algunas comarcas como La Litera?
Nosotros lo que decimos es que las competencias deben tenerlas los municipios y la comunidad autónoma, mientras que las comarcas y las diputaciones provinciales deben conformar, lo que nosotros llamamos, la intermunicipalidad. Es decir, hacer estructuras mayores para poder dar servicios que los municipios pequeños no pueden prestar por si mismos. Esa configuración de municipios se debería hacerse desde la voluntariedad. A partir de ahí, los municipios ceden sus competencias a esas instituciones intermedias. Esto posibilitaría que solo se ejercieran las competencias delegadas por los municipios. Nosotros no pretendemos que desaparezcan las comarcas, por eso hemos abierto un procedimiento de debate y estudio sobre las mismas para intentar cerrar ese mapa comarcal. Queremos comarcas que no tengan un componente político, sino que sean prestadoras de servicios.
¿La opinión en la calle es que sobra alguna administración?
La gente lo que demanda es una racionalización del gasto de las diferentes administraciones. Hay está la tarea fundamental que tenemos por delante.
Cómo alcalde, que fue, de un pueblo pequeño ¿qué piensa cuándo oye hablar de la supresión de las diputaciones?
Nosotros no compartimos esa idea. Todo el mundo debería saber que no hace muchos años en los municipios de este país no existían ni redes de captación de agua, ni saneamiento, ni carreteras (eran caminos), ni calles asfaltadas, ni centros de salud… y que todas esas infraestructuras se han hecho desde las diputaciones provinciales. Han jugado un papel importantísimo y lo deben seguir jugando. Con toda la racionalización del gasto que se deba hacer, con la despolitización que sea necesaria, pero me parece que no podemos plantarnos una supresión de las diputaciones.
En este sentido, ¿qué le diría a Pedro Sánchez?
Que debe reflexionar otra vez sobre este tema. Que las decisiones que se toman desde Madrid, a veces, no coiniciden con la realidad de los territorios.
¿Cómo imagina el ordenamiento territorial en Aragón a medio plazo?
Lo veo con reformas necesarias. El municipio debe ser el elemento básico, y con competencias propias, para la provisión de servicios a los ciudadanos. Las comarcas y diputaciones, con todas las mejoras que se tengan que hacer, deben ser imprescindibles para que la dispersión de población no sea un elemento que distorsione la prestación de servicios.
La despoblación es uno de los problemas a los que se enfrentan numerosos territorios aragoneses, incluida la Comarca de La Litera. ¿Qué medidas podrían aliviar este problema?
No hay pócimas mágicas. Debemos concienciar a la Unión Europea y al Estado español que uno de los graves problemas que tiene hoy nuestro continente, en el interior, es la despoblación. No podemos tener una costa superpoblada y un interior despoblado. Alguién tendrá que cuidar de ese territorio clave para el necesario equilibrio territorial y medioambiental. Por un lado es necesario mejorar las comunicaciones y servicios, y por otro tenemos que generar empleo a través de la potencializacion del sector primario y la agroalimentación. Pero está claro que sin dinero será difícil luchar contra la despoblación.
Lo que desee para concluir…
La gente debería ser consciente de que vivimos en un mundo nuevo con situaciones económicas completamente diferentes a las que hemos tenido hasta ahora. Es necesario que hagamos esfuerzos para adaptarnos a esta nueva situación. Nada viene dado, todo nos lo tenemos que ganar.