San Abdón y San Senén no pueden tener mejor escaparate dentro de los festejos que en su honor se celebran en Camporrells. Sí, sí, se programan actividades múltiples bien secundadas por una población recrecida por estos días. Y las jotas y el baile no faltan en la plaza de la Iglesia, sobre ese entoldado tradicional y blanquiverde… pero las Fiestas Mayores de Camporrells no serían lo mismo sin ese 30 de julio al mediodía y sus decenas de totxetaires interpretando el Ball dels Totxets.
Son las doce en punto y el sol vertical se ceba con el público y los bailadores en la bajada al Molí d’Abaix. Todo está preparado para que la comitiva totxetaire inicie su procesión por el pueblo al son de la banda de música y las notas de Pastora La Galana –himno extra oficial de Camporrells-, Barceló o Soldadito; en total, son siete piezas las que van sonando a lo largo del recorrido. San Abdón y San Senén cierran los veinticuatro cuadros de edades dispares que este año se han preparado –un centenar de totxetaires a la carga-. La disposición está encabezada por los bailadores más veteranos, prolongando su experiencia y apego a la cantera que sigue y acuna la tradición. Cierran filas los santos patrones de Camporrells, escoltados hoy por el obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, además del párroco, Joaquín Nadal, el presidente de la Comarca de La Litera, Josep Anton Chauvell y el alcalde local, José Guillén, “Pepito”.
La imagen general es emocionante vista con la profundidad que ofrecen algunas calles del pueblo gracias a su ancho estrecho y pendiente que mira al barranco del Regué. Las paradas tradicionales –puente del Regué, plaza del Ayuntamiento, plaza de la Cruz y plaza de la Iglesia- aparecen colmadas de personas y alegría en una jornada que identifica y alimenta la raíz camporrellense. Los bailes se suceden hasta llegar, finalmente, a las puertas de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. Llega el momento culminante que hace temblar los corazones de unos y otros, igual para los totxetaires que para los feligreses y visitantes: la entrada al templo al ritmo y danza del Soldadito. La imagen resulta hermosa, pero el mejor pálpito se produce cerrando por unos segundos los ojos del resto y fijando los cinco sentidos en el sonido que producen el encuentro armonizado de los ciento noventa y dos totxets y las voces de los totxetaires siguiendo la letra del Soldadito, dentro de una acústica que eleva y conmueve.
El saludo del alcalde a la visita del obispo y la eucaristía en honor a San Abdón y San Senén reconduce emociones, mientras en el exterior de la iglesia la mayoría de totxetaires palían el calor acumulado a lo largo del recorrido solventado en sesenta minutos de orgullo y tradición. La foto para el recuerdo pone el punto y final a otro 30 de julio único en Camporrells.
Foto: Entrada de los totxetaires a la