Seis días, ciento cuarenta y cuatro horas… En fín, no está mal cuando de fiesta se trata, aunque el comentario general hacía referencia al exceso del calendario en este año 16. Quizá, el mal tiempo (sobre todo martes y sábado) influían en este tipo de valoraciones. En cualquier caso, y teniendo en cuenta el hecho climático, los festejos han obtenido un seguimiento notable con una gran transversalidad de edades a lo largo y ancho de los días y actos varios.
Las Fiestas Mayores de Bínéfar 2016 se podrán recordar dentro de unos años con cuatro o cinco grandes titulares: la lluvia del desfile, Máximo López (doble pregonero), el grupo 091 o el retorno de los fuegos artificiales (espectáculo pirotécnico). Hechos que se resolvieron adecuadamente, y que se iniciaban con dos soberbios arreones de agua que se vivieron en pleno desfile de carrozas. Tanto el público, como los participantes en la comitiva supieron darle la vuelta a la situación, pudiéndose acabar el desfile con más jolgorio y camisas mojadas que en un escenario habitual, es decir, sin lluvia. Ni los más experimentado recordaban unas carrozas así; agua, sí, pero antes o después y no durante el recorrido. Precisamente, la repetición del pregón por parte de Máximo López tuvo que ver con esa lluvia, considerando la concejalía de Festejos que sería conveniente repetirlo, como así sucedió, teniendo en cuenta que en su espacio habitual (tras el desfile) el público no era en número el que merecía el pregonero. Se volvió a escuchar la voz y pregón de Máximo en la previa dominical del Festival de Jotas.
La presencia de 091 fue otro de los momentos que muchos rememorarán con el paso del tiempo. El grupo de Granada cuenta con una fiel legión de seguidores en esta zona y su concierto, por el reencuentro de la banda este año y por ser posiblemente la última vez que se puedan ver en directo, forma parte ya de la historia de los festejos binefarenses.
Y finalmente, los fuegos artificiales, también llamados oficialmente espectáculo pirotécnico, lanzados desde la azotea del edificio consistorial. Por tradición, ese acto tiene su encanto como lo tienen otros incluidos en el programa y que forman parte de la memoria colectiva cuando uno piensa en las Fiestas de Binéfar. Su recuperación ha sido un acierto a tenor del comentario que uno podía escuchar tras el último cohete.
En definitiva, unas fiestas, otras fiestas, las imantadas Fiestas de Binéfar…