Jesús Burrell Casas es un empresario movido por la constante inquietud de mejorar y crecer dentro de un territorio tan rico y excelso en el terreno empresarial, como complejo en el social y político. Ser de Binéfar, tener una empresa en Lleida y vivir comercialmente de ambas zonas nos ofrece un escenario, en la actualidad, estimulante a la vez que incierto. Su carácter abierto, empático y moderado le ha dado la oportunidad de presidir la Asociación de Empresarios de Torrefarrera (AET) e inventar una prometedora relación comercial con la Asociación de Empresarios de La Litera. Es lo que tiene no ser ni de allí ni de aquí o ser de los dos lugares a la vez.
ORÍGENES
Jesús Burrell nació en Binéfar, hace cincuenta y seis años. De familia dedicada a la agricultura y ganadería, su vida profesional ha transcurrido en sectores muy diferentes hasta que, finalmente, y de forma no tan directa como su padre, ha regresado al sector primario. “Nunca me planteé el hecho de ser empresario o no. Sencillamente, hubo un momento en mi vida profesional que necesitaba ayuda para seguir adelante, y tuve que recurrir a personas que siguieran conmigo lo proyectado. Yo trabajo, que es lo que he hecho siempre. Llego el primero, me voy el último y tengo una responsabilidad por no fallar a las once familias que trabajan conmigo”, reconoce Jesús Burrell.
Responsabilidades adquiridas a través de una educación basada en el respeto y compromiso. “Somos lo que vemos. La educación que recibí de mis padres fue la del respeto, seriedad y buenas prácticas con todos los que te rodean a diario. Esa ha sido la base de poder afrontar objetivos e ir alcanzándolos”. En ese mirar atrás, origen de todo, Jesús continúa otorgando el máximo protagonismo a la familia. “El equilibrio emocional de una persona es fundamental para ir hacia delante. En este sentido, después de la educación recibida por mis padres, me he encontrado con una esposa, hijos y ahora nieta que me han dado ese balance ideal para llegar hasta aquí”. A todo ello, y como complemento positivo, Jesús Burrell siempre se ha distinguido por ser un deportista habitual. La suma general nos iguala a la persona que empezó a trabajar muy joven y que la vida, después de diferentes responsabilidades profesionales, le llevó hasta la capital del Segria para iniciar la que sería su actividad definitiva.
LLEIDA Y FAMILIA
Lleida le esperaba como comercial en una empresa veterinaria. En el año 1992 inició un camino que ya no ha dejado. Después de cinco años recorriendo Cataluña y Aragón, llegaba la hora de Gestevet. “En 1997, creí que era el momento de dar ese paso necesario, después de conocer el sector y ver que cabía la posibilidad de intentarlo en solitario”. Un año más tarde, realizaba la primera incorporación en la nueva empresa. Un refuerzo fundamental que tiene que ser el futuro de la misma. Su hijo David fue ese primer trabajador al que se le han sumado diez más en los últimos años. “Tener a tu hijo al lado es un orgullo y una fuerza real para seguir adelante. Cada vez me lio con más cosas, siempre con la vista puesta en él. Para mí, ya hace días que me sobra, pero está él”. Gestevet comenzó, físicamente, en la calle Corregidor Escofet, en el barrio de Pardiñas (Lleida). En el año 2000, la empresa se hace con una parcela de 500 m2 en el polígono de Torrefarrera, visible desde la misma A2. Allí mantiene sus oficinas y almacén con once personas trabajando entre administración, comerciales y técnicos. “Nuestro negocio tiene como base fundamental la nutrición en porcino y vacuno de leche. Ahora también estamos muy volcados con la formación en seguridad alimentaria y bienestar animal. Las explotaciones han cambiado mucho y es necesario un buen equipo, informado y coordinado”. En cuanto a la tan pesada crisis económica que amenaza sin descanso a la economía de empresa y de familia, el sector primario sigue manteniendo una independencia que alivia su presente y futuro inmediato. “En nuestro sector estamos fuera de esa línea general de crisis. No es un negocio que vaya en paralelo a la economía común. Precisamente, durante los años de bonanza (locura) en el periodo 2002-2006, nuestro sector atravesó una tremenda crisis debido a las muchas reestructuraciones a las que se tuvo que enfrentar, unidas a demasiadas especulaciones en precios. Ahora vivimos un tiempo de estabilidad que nos proporciona ese margen de tranquilidad, siempre necesario”. Además, y como empresario, Jesús Burrell no pudo elegir mejor la ubicación de Gestevet. Las provincias de Huesca y Lleida son, en la actualidad, las más importantes del país en porcino y vacuno de carne de leche.
UNO DE AQUÍ Y DE ALLÍ
“Empresarialmente, he nacido aquí. Y estoy muy satisfecho. Trabajo con las dos provincias. A veces me pregunto de dónde soy. Los de allí me dicen que de aquí y los de aquí de allí. Complicado. Hablo catalán perfectamente, a través de un aprendizaje basado en el uso diario. Entiendo que cuando vas a un sitio tienes que hacer lo que tienes que hacer. La gente lo agradece. No puedes ir en contra de la naturaleza de las cosas”. Sobresaliente declaración de intenciones de un empresario de fronteras. Esa virtud innegociable, unido a su notable carácter empático y mejor relaciones públicas, es la que le ha dado a Jesús Burrell una importante ascendencia entre el empresariado del polígono de Torrefarrera. “Desde el inicio de la Asociación de Empresarios de Torrefarrera (2002) he estado en la dirección, primero como vicepresidente y dese hace dos años como presidente. Creo en la suma de fuerzas dentro de un colectivo como éste, para poder conseguir fines de interés común”. La asociación que preside cuenta con 120 asociados, sobre una población de 150 empresas en Torrefarrera. En ese afán por ofrecer posibilidades de desarrollo al colectivo, y teniendo en cuenta su origen de cuna que todavía conserva en su domicilio diario de Binéfar, Burrell pensó en la Asociación de Empresarios de La Litera (AEL), y en las posibilidades que se podían dar en caso de abrir una puerta al conocimiento y relación entre ambas asociaciones. Dicho y hecho. Merced a la disposición del presidente de la AEL, Alfonso Ruíz, y del gerente, Toño Nasarre, el contacto ya está determinado con la rúbrica de un convenio de colaboración firmado el pasado mes de agosto. “Vamos a empezar con un Networking, seguramente en la segunda quincena de enero. A partir de ahí, existen otros proyectos que iremos desarrollando y que deben concluir en una relación natural y necesaria entre dos colectivos importantes por el número y calidad de empresas. Nuestra cercanía debe ser un estímulo para la relación comercial”. Según nos cuenta el presidente de la AET, las instituciones catalanas están encantadas con este camino de colaboración abierto con la AEL. De la misma forma se manifiestan desde las instituciones literanas. “Cuantas más sinérgias se reunan, mucho mejor”.
Lleida y Huesca, Segría y Litera. Zonas vinculadas, territorios que de manera natural se comparten y se necesitan. ¿Y la independencia? Como empresario, Jesús Burrell tiene una opinión sin atajos. “Estoy seguro que no va a llegar. No tiene sentido, se mire por donde se mire. Bruselas no quiere que Europa se rompa. Esto puede ser la puerta de otras situaciones similares en Bélgica, Alemania o Francia. Creo que esto responde a una presión del gobierno catalán para recuperar una posición de fuerza e influencia en la política española”. Burrell añade. “Hay dos tipos de empresas, las que venden exclusivamente en Cataluña y las que vendemos aquí y fuera de aquí. A nosotros, nos perjudica esta situación. Yo voy a vender a Toledo o Zaragoza y cuando dices que eres catalán, ¡ummm! Los mercados están muy complicados como para poner más obstáculos. Y créeme, si Cataluña se cierra a España, muchas empresas se irán de aquí. Antes que la independencia está la necesidad de trabajar para vivir”. Jesús Burrell verbaliza con un visible ademán de disgusto en su cara, mientras asegura que “dudo hasta de que se vaya a producir la consulta, aunque en caso de que se realice se vería una realidad que no es la que ahora mismo transmiten los medio de comunicación mayoritarios en Cataluña. Creo que ganaría el no a la independencia”. Con la seguridad de un deseo manifiesto, Burrell atiende la enésima llamada teléfonica que ha sonado durante nuestra conversación. En un catalán perfecto, el de Binéfar contesta, confirma y fija fecha y hora. Es la comida de hoy. Desde hace décadas, su comedor a mediodía se fija en atención a su agenda profesional. Al final de la jornada, su automóvil le trasladará hasta casa. Binéfar, Torrefarrera. Torrefarrera, Binéfar. Mañana, más.
Foto: Jesús Burrell, en su despacho en Polígono Industrial de Torrefarrera