Noche de honor para las ochenta personas que acudimos a la Biblioteca Municipal de Tamarite de Litera con el objetivo de escuchar a un mago de la palabra, de los conceptos a la inversa, de las evocaciones al límite de la fantasía. El escritor Gustavo Martín Garzo colmó la biblioteca tamaritana de estímulos al intelecto a través de un discurso seductor y atercipelado que soslayó lo grotesco para instalarse en el sueño de las realidades.
El escritor vallisoletano fue prologado por la también escritora Mercè Escardó, habitual en Tamarite y tantas veces protagonista de la mano de la bibliotecaria Pili Puso.
Tras la introducción de Escardó llegó la “Fantasía y realidad” de Gustavo Martín Garzo. Así titulaba su charla, y así nos mantuvo rebozados de interés durante unos setenta minutos de sabia sucesión de palabras, frases, conceptos, ideas, emociones y alientos al libro cobijado en nuestras manos.
Del misterio de su madre y sus lecturas absortas a pie de hornillo, a la vulgaridad de una vida sin nombre y sin cultura que echarse a las espaldas que dan sentido a la misma. No olvidó los cuentos, los niños y sus juegos, necesariamente subversivos, las sombras de ese otro yo que complementa el todo existencial, los dragones y sus enseñanzas, las puertas infranqueables que franqueamos… en definitiva, la pregunta que alumbra nuestras vidas: ¿Qué es esto? ¿Porqué ocurre esto? ¿De dónde viene esto?
A continuación listamos doce frases del autor que resumen e ilustran una noche para mimar en la nube de los recuerdos:
La fantasía es la manera más exacta de introducirnos en la realidad.
Nuestra vida está más en lo que callamos que en lo que decimos.
Todos los momentos esenciales de la vida están rodeadas de silencio.
La lectura tiene que ver con la insatisfacción.
El lobo de Caperucita es la noche, es el amor, es el riesgo…
No hay amor sin palabras.
No podemos escapar a la literatura porque es la vida misma.
La literatura, la poesía es el lugar donde todo es posible.
Nuestra sombra es todo lo que de desconocido tiene que ver con nosotros.
La cultura es la memoria de los sueños de los hombres.
El juego en los niños es la subversión de la realidad.
Don Quijote era como un niño cuando juega. No, no estaba loco.
Foto: Imagen de Martín Garzo, en un momento de su charla en la Biblioteca Municipal de Tamarite de Litera.