18.04.2018
César Bona es un profesor de Primaria en excedencia temporal, después de que en el año 2015 fuese elegido entre los 50 candidatos -el único de nacionalidad española- al Global Teacher Prize, el premio Nobel de los profesores, promovido por la Fundación Varkey Gems. Bona tiene muchas cosas que contar sobre sus métodos inclusivos desde el interés por dar y recibir, tanto por parte de los profesores como de los alumnos. En Tamarite y organizado por el AMPA San Miguel, con la colaboración del Ayuntamiento, Bona mostró las razones que le han otorgado la popularidad con la que arribó a la capital literana.
El pabellón municipal registró una excelente entrada –sobre las trescientas cincuenta personas- para escuchar al profesor zaragozano y su método, a través del cual ha conseguido estimular al máximo el interés de chicos y chicas que, a priori, no gozaban de ese gusto por ir a clase: «En mi año de prácticas en 4º de Primaria del colegio zaragozano Fernando el Católico, nada más llegar la dirección me dijo, «César, te ha tocado la peor clase». Ese fue su recibimiento el primer día. La clase estaba formada por 24 niños, 20 de ellos de etnia gitana, una niña rumana, otra de Marruecos y una niña de Gambia. El absentismo era muy alto y los que iban a clase tampoco parecían muy interesados. Un día llegué y les dije «soy maestro, os voy a enseñar lengua, inglés, etc., pero vosotros también vais a enseñarme a mí». Eso es lo que marcó la diferencia, que se sintieran implicados al ver que también podían enseñar al maestro», explica Bona. Esta experiencia es una muestra de la primera «ley Bona»; hacer que los niños vayan contentos al colegio: «El objetivo de las escuelas no es hacernos mejores individualmente, sino colectivamente. No solo es meternos datos y datos en la cabeza, estamos obligados a hacer personas mejores con implicaciones en la sociedad que compartimos. El temario no es lo más importante. Hacen faltan más tutorías, asambleas, comunicación…», subraya César Bona. Pero la educación en España es la que es, bajo el régimen del «tanto legislas, tanto derogaré». Sin un acuerdo de Estado por la educación, poco se puede hacer, más allá de volver locos a profesores y alumnos: «Necesitamos gente más valiente en las instituciones», comenta Bona. Sobre la influencia capital de las nuevas tecnologías en la educación y en los jóvenes, Bona lanza un mensaje tan real como inquietante: «Internet es un océano en el que podemos encontrar tesoros o latas oxidadas». Los asistentes a la conferencia de Bona en Tamarite valoraron su idea sobre cómo educar y su manera de trasmitir esa idea; fondo y forma en un binomio esencial para llegar a los jóvenes en las aulas.