El empresario binefarense afronta el año 2019 con unas expectativas que van en consonancia con las que se han abierto en nuestra comarca de un tiempo a esta parte. Clavería ha desmostrado que sabe crear por sí mismo, aunque si ayudan las circunstancias domésticas… miel sobre hojuelas. Después de más de cuarenta años desde que empezara a trabajar con su padre, sus objetivos siguen asentándose sobre el día a día, el empeño por ser mejor y la necesidad natural de crear la oferta para atraer la demanda. Y en esas está en su retorno al sector que le vio nacer profesionalmente y empresarialmente, sin olvidar su incursión en el mundo de la hostelería con uno de sus sueños que albergaba desde chaval; tener un hotel en Binéfar. De todo habla, a todo contesta y su mensaje-método lo firmaría el propio Descartes: claro y sencillo… incapaz de producir equívocos.
EL EMPRESARIO
El Hotel Ciudad de Binéfar, ¿es un sueño hecho realidad?
Sí. Siempre había querido tener un hotel en mi pueblo, y verlo es un auténtico placer. Sobre todo ahora, que hemos logrado hacer de la plantilla un equipo que funciona. Coger a cuarenta personas de vez en este sector es complicado. Pero, en estos momentos ya estoy disfrutando mucho con el Hotel Ciudad de Binéfar.
¿Qué dice usted a aquellos que hablan de «la suerte que tiene Clavería en los negocios»?
Hombre, cada uno tiene todo el derecho a opinar lo que quiera. Personalmente, no me gusta. Pero creo que es una opinión basada en la falta de información. Claro que también es necesaria la suerte en los negocios, como en cualquier orden de la vida. Pero tienes que estar ahí. Yo siempre he pensado que primero debes crear la oferta, para después buscar la demanda, o que esa demanda se fije en ti.
¿Es envidia o ignorancia?
No, no. Envidia no lo creo. No soy una persona que invite a eso. Más bien pienso que se debe a una opinión sencilla, rápida y sin excesiva intención de buscar argumentos razonables. Lo que hay son veinte horas al día de trabajo; así llevo años y años. Y la suerte, por ejemplo, que te ofrece la salud. No tener un accidente o una enfermedad es una inmensa fortuna.
¿Qué hay detrás del éxito empresarial de Luis Clavería?
Lo primero, la constancia. Después, el haberme rodeado de buenos profesionales y mejores personas. Y acertar en las decisiones que he tenido que tomar a lo largo de todos estos años; algunas muy importantes como la venta en 2007 de la empresa Clavería Transal.
¿Sigue aplicando aquella máxima que aprendió de sus padres, «no estirar más el brazo que la manga»?
Sí, sí. Siempre.
¿Cómo la pone en práctica?
Pues sin gastar más de lo que sé que puedo pagar. Jamás he dejado a deber un euro a nadie. Hay que empezar por ahí para ganarte la confianza de las personas, y sobre todo para no creerte más de lo que en realidad eres y representas en tu marco de acción profesional y social.
LA MAQUINARIA
Grúas, maquinaria, alquiler, hostelería, inmuebles. ¿Qué será lo próximo?
No preveo nada nuevo. Eso sí, vamos a seguir creciendo dentro del sector en el que nos movemos; hablo del alquiler de maquinaria. No me gusta diversificar. Conozco el sector de la maquinaria, sé cómo funciona y encima me gusta. El tema del hotel ya he explicado a qué se debe; era un deseo personal desde hacía años.
¿Por qué ha recomprado la empresa que vendió en 2007?
Porque es un negocio que conozco desde que tenía veintitrés años, y me gusta mucho. Después tengo conmigo a mi hijo, y espero que él pueda sucederme y seguir adelante.
¿Qué objetivos se ha marcado en su regreso al sector?
No soy una persona de marcarse objetivos. Cuando empecé, mi tarea era trabajar, sabiendo que el tiempo iría poniendo las cosas en su sitio. Y ahora sigo obrando igual. Los clientes son los que te van llevando donde mereces. Y para que merezcas bien, hay que trabajar mucho y mejor que el día anterior. Por ejemplo, en los últimos seis meses y de cara a este año 2019, hemos invertido en maquinaria nueva seis millones de euros. Eso es trabajar mejor en el intento de ofrecer a nuestros clientes el servicio que precisan, y con total garantía en la necesidad que tengan a la hora de alquilar maquinaria. Si todo va como espero, en dos o tres años la empresa va a triplicar su actividad; la previsión es prudente.
¿Va a ir sumando sedes a la central de Binéfar?
Estamos también en Torrefarrera, y la intención es ir abriendo, poco a poco, en otros lugares cercanos. Los saltos deben ser controlados. De Binéfar no me voy a ir a Sabiñánigo; primero habrá que estar en Monzón, en Barbastro, en Huesca… La maquinaria hay que moverla mucho y es mejor hacerlo sobre espacios reducidos. Pero, sí, la intención es ir abriendo en otros puntos.
EL HOTEL
¿El Hotel es lo que más quiere y el negocio del alquiler es lo que más le gusta?
Sí, sin duda. Está bien definido. Cada cosa me da alegrías distintas, pero es cierto que el hotel era mi sueño, y la maquinaria lo que siempre he vivido y me apasiona.
Una vez abiertas las puertas del hotel, ¿costó más de lo que pensaba poner en marcha la maquinaria del mismo?
Sí. No creía que iba a ser tan costoso; la cuestión me dejó más de una noche sin dormir. Tener el equipo adecuado no ha sido fácil. Nos ha llevado un año, porque es un sector complicado en ese aspecto. Ahora tenemos un grupo del que estoy muy satisfecho.
No creo que se alegre de lo que está ocurriendo en Cataluña, pero parece evidente que la presencia de la Guardia Civil durante casi tres meses en el Hotel Ciudad de Binéfar le vino de maravilla para empezar…
Por supuesto que no me alegro de lo que está ocurriendo en Cataluña… y en España. Es cierto que durante tres meses tuvimos una ocupación del cien por cien, y nos fue muy bien. Pero el tema catalán está por encima del hecho que comentamos; es un problema que nos incumbe a todos, y mucho más a las personas que vivimos como vecinos y que nos relacionamos a diario con esa parte de España. Estoy seguro de que ese problema nos va a costar, ya lo está haciendo, mucho dinero a todos los españoles. Un ejemplo, en el sector del alquiler de maquinaria, mientras en Huesca no llegamos a cubrir todas las demandas de trabajo que hay, en Lérida no existe, prácticamente, demanda alguna. Yo no lo había visto nunca.
¿El nivel de rentabilidad es el esperado o se arrepiente de no haber construido el hotel en una zona más turística y poblada?
No, no. Sería otra rentabilidad, pero el hotel era en Binéfar o no era.
¿Tiene «novias» para los bajos comerciales de los que dispone el edificio?
Pues hay una novia casadera. Estamos en negociaciones y la intención es llegar a un acuerdo.
LA LITERA
Cuando decidió invertir 25 millones de euros en el hotel, ¿usted no sabía quién era el Sr. Pini?
(risas) No había oído hablar de él nunca, pero su llegada es una suerte para todos. Nadie puede dudar de ese hecho.
Para su negocio y para todos en general, ¿cuánto va a cambiar el futuro de Binéfar y La Litera con la llegada del Grupo Pini?
Cuesta imaginar, pero el cambio va a ser tremendo. Ya lo estamos empezando a notar, y esto es solo el principio. No olvidemos la suma que aportará el matadero de San Esteban y el secadero de Albelda para expandir el efecto. Tampoco es desdeñable la llegada de Aviagen, también a San Esteban. Pero a la actividad que crean por sí solas todas estas industrias, hay que añadir todo lo que van a generar a su alrededor. Estoy seguro de que los pueblos de la comarca se van a ver tan beneficiados como Binéfar.
A corto-medio plazo, ¿qué le preocupa más de todo lo que está ocurriendo?
Cuando algo crece tanto y tan rápido, la distorsión es inevitable. Ese es el problema que se puede dar y que tendremos que acometer en primera instancia, hasta que se reubique todo. Y hablo de distorsión a nivel social, empresarial, del mercado de trabajo…
EL PÁDEL
¿Por qué va a cerrar las pistas de pádel?
Porque las perspectivas no son buenas con la construcción de tres pistas de pádel por parte del Ayuntamiento. Yo no puedo competir con eso. Si a una caída de la actividad, le sumamos este hecho, es mejor dejarlo a tiempo.
¿Está disgustado?
Sí. Con el anterior Consistorio llegamos a un acuerdo mediante el cual ellos no montarían pistas de pádel, entendiendo que el servicio en el pueblo estaba cubierto con nuestro negocio. Ahora, el nuevo equipo de Gobierno cree que hay que construir tres pistas… Bien, pues una retirada a tiempo se hace necesaria. Para despedirnos, y en agradecimiento a todos los que nos han acompañado durante estos seis años, durante la primera semana de enero y antes de desmontar las pistas, todo el que quiera –haya sido socio o no- podrá jugar gratuitamente a pádel.
¿Qué va a pasar con el resto del complejo –gimnasio y restaurante-?
El gimnasio lo trasladomos al hotel, y el restaurante lo vamos a alquilar a partir del 1 de febrero. El negocio estaba concebido como un complejo deportivo; al prescindir del pádel y del gimnasio, la idea de complejo, que era la que me gustaba, ya no es tal. Por tanto, el restaurante he decidido alquilarlo a la empresa Punto Estrella.
Lo que desee para concluir…
Que tenemos faena por delante, y que eso nos va a hacer mejores en esta comarca. Gracias por vuestra visita.