Si la vida está hecha de pequeños detalles, la singular afición de José María Rodellar daría para cumplir unas cuantas existencias bien servidas. Hablar de modelismo ferroviario en España supone referir a 5.000 aficionados y media docena de fabricantes en nuestro país, entre ellos, el protagonista que nos ocupa. Entrar en su taller es como sumergirse en un mundo milimétrico y casi obsesivo por trasladar la realidad que nos rodea a una maqueta de apenas medio metro.
El mundo del tren tiene un halo especial y apreciado para una mayoría de ciudadanos que ahora ven como muchas líneas desaparecen, dejando vías muertas, estaciones en ruina y personas en tierra. El aserto lo podemos comprobar, por desgracia, muy cerca de nosotros. Es posible que una manera de preservar para la historia lo que esos trenes y estaciones fueron y supusieron, lo tengamos en el modelismo ferroviario y en unos pocos miles de españoles que viven ese ambiente con un cariño e imaginación particular. Es el caso de uno de los nuestros; José María Rodellar, binefarense, carpintero de profesión y, según sus propias palabras, enfermo del modelismo ferroviario, rama edificios. “Podemos decir que existen tres vías fundamentales en el modelismo ferroviario: los trenes, los edificios y todo lo que rodea a los dos primeros (vehículos, naturaleza, iluminación…). Yo, desde que me inicié en este tema, siempre me he dedicado a la producción de edificios”, comenta José María (JM).
La historia presente no ha llegado al día a día de JM a través de una fortuita ciencia infusa. La crónica de los hechos se remonta a sus tres años de edad, y a la brillante idea de un tío suyo al regalarle un tren eléctrico. A partir de aquí, ya se pueden imaginar. “Me gustaba jugar con el tren, pero todavía me atraía más hacerle puentes, casas o aquello que se me ocurría. Después llegaría un Scalextric para reforzar la afición de niño”. Todo ello reforzado con algunas incursiones en el propio colegio. “Recuerdo que en el año 82, con un grupo de compañeros del Víctor Mendoza, en la clase de Pretécnica, realizamos la maqueta del Polideportivo “Los Olmos” con los medios que por aquel entonces contábamos; lo más complicado fueron las líneas de las pistas de atletismo, que las ejecutamos con hilo de coser de color blanco”. Pero ese gusto por los trenes y accesorios viviría un paréntesis adolescente y de juventud, hasta que a la vuelta del servicio militar, un día, se fue a Lleida a comprar un Talgo Pendular. “Así ocurrió. Durante toda la mili en Madrid, yo regresaba a Binéfar, alguna vez, en ese tren y algo tuvo que ver. A partir de ese momento, la afición volvió para quedarse, y hasta la fecha”. Desde el año 2006, y de una manera ya semiprofesional, JM compagina su tarea de carpintero con la producción y venta de maquetas. “Casi lo he convertido en una profesión. Me gustaría dedicarme por entero al modelismo. Sería ideal poder vivir de lo que más me gusta”. Poco le falta a tenor de lo que vemos en su taller y de la pasión que exporta cuando habla, muestra y no para.
En no más de quince metros cuadrados, JM lo tiene todo para fabricar sus maquetas; impresora 3D y cortadora laser, ordenador con las últimas aplicaciones para desarrollar su trabajo, toda clase de herramienta para el montaje y pintura, además de una pasión superlativa a la hora de mimar todo lo que hace. Muchas son las horas, piezas y pruebas que lleva a cabo hasta tener listo el kit de cualquier maqueta que, más tarde, ya se instalará en el catálogo que ofrece a sus clientes. Las escalas con las que trabaja son la H0 (1/87) y la N (1/160). “Una vez elegido el edificio a realizar, la mecánica para elaborar la maqueta suele comenzar por buscar toda la información posible (planos, fotos y cualquier otra información de interés). A partir de ahí, vuelco toda esa información en la aplicación informática para ir sacando las maquetas de las diferentes piezas”. En este punto, las pruebas se convierten en una obsesión hasta dar con la pieza exacta, que sumada al resto conformarán la maqueta final. Internet es clave en su quehacer diario. Nada sería igual, o mejor, nada de lo que hace sería posible. Tanto en el desarrollo de la maqueta, como en la comercialización de la misma, internet es fundamental. Página web, con comercio electrónico, blog y Facebook son sus mejores aliados para llegar a los cinco continentes; las maquetas de JM pueden encontrarse hoy en todo el mundo, a excepción de Australia. “He vendido en Estados Unidos, Sudamérica, Sudáfrica, Japón y, por supuesto, en diferentes países europeos, incluida toda la geografía española. Me falta Australia, pero ya llegará”. Estamos hablando de un mercado globalizado gracias a internet, y también debido a que cada vez existen menos tiendas físicas especializadas en modelismo ferroviario. En estos momentos, JM, a través de su web www.sklas.com/tiendaonline/ , dispone de unas treinta referencias (edificios) a la venta. Productos que tiene en stock y que pueden ser enviados a sus compradores en 24 h. El envío, perfectamente detallado y envalado, se hace en un kit desmontado. “Es la fórmula habitual. Los compradores son aficionados al modelismo que disfrutan montando, pintando y dándole toda la realidad posible al edificio que han comprado”. JM también realiza maquetas por encargo; en este caso el pedido debe llegar con la información suficiente (planos, imágenes…) para poder trabajar. El precio es especial (más económico), con la condición de que JM pueda incorporar y comercializar en su catálogo el edificio realizado. Además, realiza cualquier otro tipo de edificio o trabajo para empresas y particulares. De hecho, mantiene un contrato con Osborne para realizar la maqueta del famoso toro de la marca andaluza. No es extraño ver maquetas del toro de Osborne, fabricadas por Sklas, en cualquier punto del planeta.Todo un mundo.
Después de un cuarto de siglo produciendo maquetas, JM cuenta con un extenso número de edificios españoles realizados. Estaciones de tren que son historia viva del ferrocarril en España; Mataró, estación de Atocha en Madrid, Canfranc o Murcia. Por supuesto, la estación de Binéfar y el silo del Sempa no faltan en el listado producido, además de una preciosa maqueta de uno de los edificios laterales de la estación de Lleida. Precisamente, en la capital catalana se celebra, desde hace cinco años, la feria de modelismo ferroviario más importante en nuestro país. JM no falta cada año, y en este 2014 (22 y 23 de marzo) la cosa no ha ido nada mal. “Me he quedado sorprendido de lo bien que ha resultado el certamen, teniendo en cuenta la situación económica general y la experiencia de otros años. Ha sido la mejor feria, hasta el momento, con venta directa, pedidos y contactos”. A nivel europeo, el otro gran evento es la Intermodellbau Dortmund, en Alemania. En este caso, SKLAS estuvo presente, junto a los fabricantes españoles de trenes (Redutex, Mabar e Ibertren). Y hablando de trenes, JM no fabrica, pero es un entusiasta-coleccionista de maquetas. Su colección es de las más importantes de Aragón, y una de las destacadas en España. Basta señalar que en escala H0 atesora y disfruta de unas 260 locomotoras y unos 1.000 vagones.
En estos momentos, y además de atender el día a día de su afición-trabajo-negocio, JM está inmerso en un proyecto que pretende realizar la maqueta de trenes más grande de España, con 700 m2. La idea parte de una empresa de Barcelona, y cuenta con JM para instalar en esa maqueta edificios que ya tiene realizados (Mataró, estación de Francia, Mora la Nova o Vilanova i la Geltrú, con el depósito de locomotoras), sumados a otros que deberá ir produciendo. Porque esa es su gran pasión, convertida en trabajo a tiempo parcial. El mundo del ferrocarril tiene una historia única (social, comercial, territorial, cultural…) parida muchos años antes de que las elevadas velocidades fueran enterrando esas memorias y cambios sociales que siempre perdurarán gracias a personas como José María Rodellar, y sus maquetas que no te cansas de admirar.