¿Se imaginan lo que puede ser estar encima de una bicicleta pedaleando-compitiendo durante 24 horas seguidas, sin bajarse de la misma? Sí, sí. Sin poner los pies en tierra. Comer sobre la bicicleta, no dormir sobre la bicicleta, pensar y pensar sobre la bicicleta y todo lo que ustedes puedan imaginar a caballo de dos ruedas y… a través de un circuito de 4.005 m, en Cheste (Valencia), lo que todavía le da un plus de dureza, en este caso psicológica, por la infinita reiteración.
Pues bien, todo lo comentado y seguro que mucho más lo vivió, lo compitió y lo sufrió –dudo si lo disfrutó- el bueno de Diego Castillo: alcampelino y perseverante en la conclusión del Campeonato de España de Ultraciclismo disputado el pasado 1-2 de julio en la localidad chestana. “Llegué con la preparación perfecta, sin lesiones ni dolores cosa rara en mí. Tenía opciones de ganar la categoria Máster 50 y con un poquito de “suerte” alcanzar el podio absoluto. El objetivo era hacer 754 km sin parar”, nos comenta Diego. La organización permite a los participantes hacer cuantos descansos crean convenientes; al final lo que cuenta para la victoria son las vueltas que cada uno da al circuito. Diego Castillo no bajó de su bicicleta a lo largo de las 24 horas, una opción por la que se decidieron muy pocos ciclistas: “Soy la tortuga del cuento. No paro. El resto de corredores llevaban un ritmo superior al mío, pero iban parando, por tanto yo a mí ritmo y sin parar al final los cogía y los superaba”. Nuestro Diego Castillo salió fuerte durante las dos primeras horas, para ir modelando el ritmo a ese “diesel que lleva dentro” y que le permite estar un día entero encima de la bicicleta. Eso sí, dificultades y padecimientos no faltaron: “A las 17 horas de competición mis rodillas dijeron basta y un dolor insoportable me impedía ponerme de pie en las subidas y aplicar potencia a la pedalada. De modo que, me replanteé la carrera. Quería conservar lo que tenía, no abandonar. Puse el plato pequeño y empece a economizar esfuerzos. En las bajadas me dejaba ir y en la subidas iba con el 28 puesto y sentado. No podía seguir la rueda a nadie, pero aguanté en solitario”. Al final, Diego Castillo conseguía entrar en meta con un total de 756 km realizados (189 vueltas al circuito de Cheste) en 24 horas seguidas encima de su bicicleta, lo que le valió la segunda posición en Máster 50 y la sexta mejor marca entre todos los participantes de las diferentes categorías: “Tiene más merito, aunque menos visibilidad mediática, ser sexto en un Campeonato de España de Ultraciclismo, que segundo en la categoría de Máster 50”. En cualquiera de los casos, el valor de lo realizado queda más que demostrado. Ahora Diego Castillo se recupera de las afecciones propias de la gesta confirmada: ingles, espalda, trasero… Reparación física que no le aparta de la idea y objetivo de participar, el próximo mes de noviembre, en el Campeonato del Mundo de Ultraciclismo que se va a disputar en Borrego Springs, California, EEUU. En este caso, Diego Castillo maneja un presupuesto mayor que deberá financiar, inicialmente, de su propio bolsillo sino salen uno o varios patrocinadores que puedan contribuir al reto. Mientras eso ocurre, el alcampelino disfruta de unas “colaboradoras-patrocinadoras” muy especiales: “Siempre digo que mis dos hijas son mis patrocinadoras; lo que me gasto yo no se lo gastan ellas”. Cabe esperar que les salgan competidores a estas dos fieles mecenas del deporte.