Según publica en su edición del miércoles 2 de octubre El Periódico de Aragón, el pasado 3 de julio, semanas después de la aprobación de la nueva Ley de Lenguas de Aragón donde el catalán no sale muy bien parado, la consejera Serrat firmó un convenio con su homóloga catalana para «establecer relaciones específicas de colaboración con Cataluña en el desarrollo de relaciones entre centros escolares, docentes y alumnos y fomento en Aragón de la enseñanza del catalán». Este es uno de los ocho puntos de los que consta este convenio, que tendrá una vigencia de tres años y para el que se constituirá una comisión mixta de seguimiento. En la exposición de motivos, las consejeras Serrat y Rigau muestran total naturalidad al hablar de las relaciones entre ambas comunidades muy alejada de las declaraciones públicas que se hacen en ocasiones en ambos lados. Incluso hablan de «los lazos históricos, culturales y lingüísticos que unen desde hace siglos Cataluña y Aragón», y que constituyen «un campo favorable para el desarrollo de relaciones entre centros escolares, docentes y alumnos». El convenio admite que las enseñanzas generales permite «una mejor inserción de los jóvenes en el mundo laboral», y que «la promoción y el estudio recíprocos de las lenguas y de las culturas contribuyen a la comprensión y a la solidaridad de las personas». Ver y leer para creer.