Arcadi Calderó Peralta está a punto de cumplir su primer curso como director del IES La Llitera. Su antecesor, Paco Murillo, marcó el camino de una gestión, según Arcadi, excelente. Reforzando las líneas marcadas, e introduciendo algunas tareas nuevas, la idea permanece; hacer del centro un espacio de referencia en la formación de los jóvenes. Para ello, la dirección debe lidiar en el día a día con los aspectos propios que emergen en toda formación destinada a chicos y chicas en edad adolescente. A la vez, batalla sin descanso por equilibrar balances y soslayar necesidades, evitando que la realidad del centro y su objetivo se vean condicionados. Aquí, la crisis económica no se ha disipado.
¿Qué balance personal hace de este primer curso al frente de la dirección del IES La Llitera?
Yo creo que ha sido bastante positivo. Estamos todavía sufriendo un poco la implantación de la LOMCE, pero lo vamos resolviendo adecuadamente. Como todas las leyes, tiene aspectos positivos y negativos. El problema no es la LOMCE, sino los continuos cambios de modelos educativos; la incerteza del cambio continuo. En nuestro entorno las leyes de educación duran décadas, pero aquí…
¿Más tarea y complejidad de lo esperado?
La burocracia nos obliga demasiado, y nos hace perder un tiempo que deberíamos dedicar a enseñar a los alumnos. Además, tenemos la sensación de que es una burocracia que no mejora los procesos ni el sistema.
¿Su idea está basada en la continuidad o en los cambios sobre el modelo que ha encontrado?
Ya formaba parte del equipo directivo anterior, con Paco Murillo como director. Él hizo una tarea excelente. De los centros en los que he estado, este es sin duda el que presenta una mejor dirección, yo diría que es modélica e intentamos seguir ese camino.
¿Qué es lo más urgente que debe acometer su instituto para la mejora global del centro?
Estamos limitados de espacio, a pesar de ser un centro con tan solo 12 años desde que se inaugurara. Nos hemos quedado cortos de instalaciones. Por ejemplo, una de las implantaciones de la LOMCE fue una Formación Profesional Básica (FPB), y no tenemos instalaciones para ello. Las hemos tenido que implementar como hemos podido con fondos propios. Solicitamos a la Administración ayuda, y la que nos llegó fue para maquinaria, pero no para espacios. Hemos tenido que utilizar como aula el almacén que teníamos para maquinaria, e instalar un módulo prefabricado como almacén. Para el ciclo de Administrativo necesitamos una nueva aula de informática, y esto requiere inversión. Y eso sigue siendo limitado. Afortunadamente, tenemos la suerte de contar con la ayuda de la empresa AMES Tamarite, que colabora con nosotros más allá de lo que le corresponde con la FP Dual, prestándonos sus instalaciones, por ejemplo, para el módulo formativo de soldadura que hacen los alumnos de FPB.
Otros objetivos también que han afrontado…
No era un objetivo, pero ha salido sobre la marcha. Me estoy refiriendo a la información de centro: proyecto educativo, reglamento de régimen interno… Creo que estamos haciendo un buen trabajo en ese ámbito.
¿Qué puede hacer un profesor o un equipo de dirección cuando un alumno manifiesta su desinterés por la materia o materias que se le imparten?
Un crío nunca tiene desinterés por todo; tenemos que buscar dónde está su interés. Hay alumnos en los que el suyo no obedece a sentarse en un aula para escuchar al profesor; pero sí en un taller aprendiendo a utilizar unas máquinas. Lo que hay que lograr es el encaje de cada chico o chica.
¿Las nuevas tecnologías complican las relaciones y convivencia en el centro?
No sé si dificultan, pero está claro que no ayudan. Individualizan a los jóvenes. Antes era normal decirte las cosas a la cara, ahora se hablan por wasap. Es un medio muy impersonal, no fomenta la relación humana. Hay malas interpretaciones en esas comunicaciones que generan conflictos. Esto lo estamos viendo todos los días, no solo en este centro, sino en todos. Es un problema global.
¿Hay solución?
Estas tecnologías han llegado para quedarse, y quizá lo que falte sea más educación en su uso. Es posible, y creo que conveniente, que en un futuro a corto plazo veamos una asignatura que forme en estos temas.
Después de los años duros de la crisis, San José de Calasanz y su idea de escuela pública para todos sin diferencias, ¿está más presente que nunca?
Sin duda. Soy un gran defensor de la escuela pública; no solo por su labor educativa, sino también por su labor social. Aquí nos juntamos personas con orígenes muy diferentes. Hoy, por ejemplo, ha llegado un chico al centro que no sabe hablar español. Pues bien, a esta persona, además de darle una formación educativa, nos vamos a poner a trabajar para integrarla a nivel social.
Durante los últimos años se ha hablado de recortes en la enseñanza pública, ¿cómo y en qué los han notado en este centro?
Básicamente en las transferencias económicas del Gobierno de Aragón. Por ejemplo, del total que debemos recibir para este curso 2017-2018, tan solo nos ha llegado un treinta por ciento y estamos a final de curso. De momento, aquí no ha llegado la recuperación económica. Tampoco en el aumento de profesorado. Esta circunstancia la hemos solventado con una mayor carga lectiva y la mejor voluntad por parte de todos los profesores, pero la parte económica… si no te llegan los recursos cuando deben tienes problemas para pagar las facturas a final de mes.
A diario, las empresas de la comarca están demandando trabajadores con distinta cualificación. ¿Cree que puede dar resultado el proyecto de la Asociación de Empresarios de La Litera para informar, primero, y recabar, después, jóvenes dispuestos a emplearse en su comarca?
Desde luego que sí. Es muy positivo el proyecto que han puesto en marcha. Hay alumnos que no ven muy claro lo que quieren hacer, y no saben que tienen una salida profesional muy buena en casa con la formación que les podemos dar en este centro o en otros del entorno. La idea está enfocada, tanto para alumnos de FP como para los que salgan fuera a estudiar una carrera. Ahora disponen de información, y son conscientes de que pueden emplearse aquí porque existen posibilidades diversas para ello.
¿Para cuándo una Formación Profesional con mejor cartel en el grueso de nuestra sociedad?
Creo que está empezando a cambiar. La gente se está dando cuenta de que la FP es una salida muy digna. Es cierto que durante muchos años, la FP ha sido la segunda opción para alumnos que no eran capaces de seguir con el Bachillerato. Ahora, la idea es otra por parte ya de los mismos alumnos, y también de las familias.
El IES La Llitera y la empresa AMES Tamarite son pioneros en la Formación Profesional DUAL.
¿Cómo podemos convencer a los políticos autonómicos de la necesidad de seguir implementando otros grados que cubran las necesidades reales del territorio?
No hace falta convencer, se vende solo. En nuestro caso, el cien por cien de nuestros alumnos se colocan en AMES o en empresas de la zona. Las últimas conversaciones que he tenido con directores generales en Educación reconocen que las cosas van por aquí.
Si pudiera elegir, ¿qué ciclo traería a Tamarite?
Alguno relacionado con la agroindustria, industrias agrarias… La zona crece en esos sectores y se hace necesaria una formación adecuada.
Lo que quiera para concluir…
Me gustaría subrayar que seguimos batallando en la parte económica; cuando estás como docente, únicamente, no te das cuenta, pero cuando participas en la dirección lo ves de otro modo. Y la cuestión económica del centro incide en todo lo que aquí ocurre, porque todo está ligado.